sábado, 14 de septiembre de 2013

Prefacio de mis pensamientos y elementos. Árbol

   Árbol

Arde que arde el árbol. Presa de mi ser que me mantiene ligado a este mundo. Se mueve y es indescriptible, pensamiento lento y nebuloso de mi existencia.

Mis pensamientos, mis deseos. Deseo de todo honor y deseo de existir. No tengo más brazos que los que me ha regalado la tierra y mi presencia casi ni se nota. Las hojas de mis ramas que sostienen el viento, del que con el paso del tiempo he hablado mucho.

Tanto tiempo que me he encontrado deseando, mirando por la misma colina tan característica y las flores nuevas me preguntan que me sucede. Pues no sucede nada. Sucede lo que tiene que suceder.

La calma es mi compañera siempre y la tierra lo que me da vida. Llenando al mundo con los colores de quien me quiera observar.

Mi sombra con la que te refugias y aun no sabes si estaré después. Cambio y cambio con las estaciones, pero siempre quieto, en silencio. Es la sombra la que me protege y con eso se mueven mis pensamientos, pues es el viento lo que mantiene tal virtud.

Mi pasado fue una semilla, un fruto, al igual que como todo fruto inunda la tierra de la que venimos.

Muchos hombres incendiando a su merced, justificándose con el nombre de alguien divino. Mi justicia es solo mía, y la lealtad es lo que me hace proteger la tierra de la que vengo, al igual que a quienes se refugian en mi sombra. Entregaría mi tronco a los hombres para obsequiarte un poco de frescura,mientras descansas en mis piernas. Mi sangre, mi savia te ofrezco, porque sé que con eso calmaras tu sed.

Llámame amante de animales que quieren de mí, mi cuerpo y su textura, con tales características duras y frías.

La sinceridad es mi alma y te la entrego sin más decir nada.

Los pueblos que se avecinan puede que quieran quemarme, pues he visto mucho y no he dicho nada. Tal vez quieran usarme, dar mis extremidades con algún objeto. Ay, la codicia de los hombres. Si tan solo eso fuera equiparable al deseo que tengo de darte mi alma, mi sombra, mi silencio, mi savia. Si tan solo entendieran que te voy a dar resguardo, resguárdate en mí.Todo hasta que quieran hacerme arder en el fuego de mis propios pensamientos.